viernes, 12 de octubre de 2007

Una cruda medicina


Eduardo Irving





Anthony Braxton es medicina para muchas cosas. Penicilina para la vanidad infectada, para la mediocridad hecha institución y aprobada por una inmensa mayoria de panameños enfrascados en quién escucha la peor música y quien lee los peores libros. Y la culpa es de nosotros. Nos dejamos llevar de manera perversa por personajes muy dudosos del medio periodístico y artístico que dizque saben (el típico ciego guiando ciegos), y entonces no somos curiosos, no investigamos por nosotros mismos qué sirve y qué no sirve, nos da pereza, no queremos gastar dinero y así seguimos siendo presa fácil de estos maleantes de la cultura. Braxton resuelve, te enfrenta a la verdad de golpe y ya todo queda claro. Nunca más te van a poner un plato de mierda enfrente y hacerte creer que es un delicioso arroz con pollo. La música de Braxton nutre los huesos, da ganas de vivir, por eso para mí Braxton es el cura actual, el pastor honesto que no está detrás de tu blosillo. Solo tienes que poner tus manos en dos producciones claves: Dortmund (Quartet-1976) y Basel (Quintet-1977) ambas del sello Hat Art.
En una era en donde los jazzistas todavían están tratando de tocar como Charlie Parker, Braxton asimila el bebop y va más allá, porque el bebop es música de los años 40´ y parte de los 50´ y en su momento fué antídoto contra grandes enfermedades de la mente, resultado de la segunda guerra mundial. Pero esto pasó. El bebop es moda ahora porque estamos medio siglo atrasados. Dicen que el artista está adelantado a su época pero es todo lo contrario, nosotros estamos atrasados a la era. Y los medios, como siempre, no ayudan. Los medios de mayor cobertura en vez de servir de guía le hacen el mandado a la industría con una serie de producciones que no representan una solución a la problemática actual. El New York Times, el Boston Globe, el Miami Herald, el Chicago Tribune; las mismas revistas “especializadas” como el Down Beat, Jazztimes y Jazzis se pelean entre ellos el dudoso privilegio de expresar la mayor cantidad de insensateces y mentiras. Cito estas publicaciones por que en ellas se basan la mayoría de nuestros críticos para recomendar las ofertas artísticas internacionales.

Nadie habla de Braxton, y las dos producciones mencionadas te hacen cuestionar muchas cosas del sistema. Pero el modo de producción capitalista no admite descontentos, un sistema en el que Braxton nunca encajó; y tampoco le molestó. Por años Braxton no se alimentó en todo el dia mas que con un pan de dulce y una soda. Cuando no lograba conseguir contratos (que era la mayor parte del tiempo) se iba al Parque Central de Nueva York y jugaba al ajedrez apostanto dinero, esto lo hacía tan bien que con las ganancias lograba pagar las cuentas.

Consulté en la red en cuanto a Dortmund y Basel y las dos producciones están al parecer fuera de edición. Algunos sujetos los tienen a la venta pero a precios algo fuertes (¡79 balboas!). Aparecen más discos de Braxton en el satélite pero mis recomendaciones descansan ciegamente en estas dos. Yo tengo copias, mas los originales los mantiene Chale Icaza, baterista panameño del bajo mundo, fácil de encontrar en San Felipe los fines de semana en los lugares de más dudosa reputación, especialmente La Casona.